El gobierno nacional desmintió en la página “Confiar” la versión que afirmaba que las vacunas contienen partículas que generan que a algunas personas se les “peguen” artículos metalizados en el brazo inoculado.
Las imágenes circularon en los últimos días en las redes sociales y los usuarios comentaron que se debe a que las vacunas contienen metales o microchips.
Las vacunas no poseen metales magnéticos en cantidades suficientes como para poder lograr que un imán se adhiera a la zona de inyección de la vacuna. Según coinciden los especialistas, se necesitaría introducir un pedazo grande de material magnético debajo de la piel para lograr ese efecto.
“Utilizar sales de aluminio es una técnica para aumentar la capacidad inmunogénica de las vacunas que se utiliza hace más de 40 años. Esas sales de aluminio son inertes y no reaccionan con nada del organismo. Se utilizan hace mucho tiempo en distintas vacunas, como la antitetánica o la antidiftérica”, explicó Jorge Geffner, investigador de Conicet y médico infectólogo.
Las sales de aluminio o hidróxido de aluminio en forma de gel se utilizan en múltiples vacunas para potenciar la capacidad inmunogénica y es completamente inocua en el organismo. Su función es elevar el nivel de protección que genera en el cuerpo la proteína del virus que se utiliza en la vacuna.
“Esta técnica se utiliza también en la triple antibacteriana, con la que se vacuna a millones de chicos. Sin embargo, ninguna de las vacunas que tenemos en Argentina contra el coronavirus utiliza complemento metálico. Tanto las vacunas de virus inactivado (Sinopharm), como las vacunas de adenovirus (Sputnik V, AstraZeneca) generan la respuesta inmune suficiente para no requerir este tipo de complementos”, explicó Geffner.
Por otra parte, es fundamental aclarar que no todos los metales pesados provocan un efecto de atracción. “Solamente se atraen con imanes unos pocos elementos de la tabla periódica: el cobalto, el hierro o el níquel”, precisó Jordi Sort, quien lidera el Grupo de Materiales Inteligentes de Nanoingeniería, Nanomecánica y Nanomagnetismo de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados, en España.
Es importante considerar, además, que los seres humanos consumimos todo el tiempo complementos metálicos cuando nos comemos, por ejemplo, mediante los alimentos que contienen hierro. Así como también es fundamental saber que hay metales que son tóxicos y no se consumen en ningún contexto, como el mercurio o el plomo.