–¿ Cuál es el balance que hace la Secretaría de Gestión, Calidad y productos turísticos de esta temporada de verano?

En principio el balance de la temporada tiene dos aristas:

el éxito rotundo en la cantidad de gente que ha venido, cerrando enero y febrero con un 94% promedio de alojamientos cubiertos. Esto quiere decir que hay algo que no falla y es el destino, la marca, la promoción previa, la comunicación institucional.

La segunda arista es el servicio, que debe dividirse también en dos, la parte pública y la parte privada.

– En base a esto, ¿ Cuál fue el mayor desafío que enfrentaron?

El servicio público, que calificándolo de 1 a 10, podría decir que estuvo en 7 puntos. Obviamente tenemos que trabajar, como se viene haciendo, con el tema del agua, el tema de la limpieza, con la accesibilidad, el ordenamiento del tránsito y, yendo más allá, con la conexión a Internet y la conectividad aérea, que son los dos grandes desafíos que el sector público deberá enfrentar y que serán los ejes sobre los que vamos a trabajar de cara a la próxima temporada. Sabemos que tenemos falencias. Merlo recibe entre 17.000 y 18.000 personas a alojarse, pero a su vez también recibe la afluencia de los pueblos y ciudades vecinas ya sea a comer en restaurantes, a concurrir a festivales o eventos públicos.

A su vez el servicio privado, que si bien estuvo por encima del servicio público, también debe mejorarse. Hemos tenido muchas quejas básicas sobre la atención, la higiene de las habitaciones, malos tratos, piletas en mal estado. Aquí tenemos otro desafío, que es el de la inversión, el de ajustar precios accesibles que sean directamente proporcionales a los servicios que brindamos. Nosotros hemos tenido en carnavales costos que se han disparado entre $18.000 y $20.000 por habitación doble en establecimientos de 3 estrellas, lo que me parece excesivo comparándolo con hoteles de similares características de Mendoza que en plena vendimia que estaba cobrando al rededor de $11.000 con IVA incluído.

La parte privada debe entender que con una temporada no se puede vivir todo el año, tenemos que generar la sustentabilidad necesaria para que en baja temporada podamos recibir un promedio del 40% de ocupación y eso pueda ser dividido entre hoteles, cabañas y otros tipos de alojamiento.

– Se entiende que siempre es mejor gestionar los problemas que sean en base a la alta concurrencia, teniendo eso en cuenta, ¿Cuáles son las expectativas de cara a la semana santa?

Al igual que en carnavales, la demanda va a superar a la oferta. Vamos a tratar de llegar con un mejor ordenamiento vehicular, por ese motivo vamos a mantener reuniones con el sector correspondiente y también tenemos que trabajar con un sistema de recolección de residuos paralelo en forma inmediata por que creo que con lo mencionado anteriormente fueron las dos falencias más grandes que tuvimos en temporada.

Obviamente que estos son errores que tienen que ver con el desborde del cual vamos aprendiendo y tenemos la obligación de poder corregir.