-Lujan, contanos un poco acerca de como surgió este emprendimiento.

En el año 2012 mi marido y yo alquilabamos en un lugar y perdimos todo lo que teniamos. Todos nuestros muebles, que estaban en un depósito, se llenaron de humedad, lo que nos dejó sin nada. Ahí quedé embarazada de Valentina, mi segunda hija y tuvimos que buscar alquiler en otro lado.

Yo ahí dejo mi trabajo en relación de dependencia para criar a mis hijos y al haber perdido todos los muebles empezamos a descubrir esto de armar nuestras propias cosas. Arrancamos con una mesa, después a decorar la casa que habíamos alquilado.

Actualmente hacemos de todo, decoración, cuadros, escultura, amoblamientos.

-Vimos que tienen mucha variación en su producción, ¿qué es lo que más les piden?

En realidad nosotros somos muy variados porque siempre estamos en movimiento de creación, nunca tenemos productos que se hagan en serie, siempre estamos reinventandonos y haciendo cosas nuevas.

Es diseño de interiores, exteriores, jardinería. Hicimos un acuario, de todo.

-¿Qué sentiste al ver tu trabajo en la televisión española?

Lo de los delantales la verdad que fue un flash. Una conocida que era vecina de mi barrio se fue a vivir al País Vasco y ella había visto mi pagina en instagram. Un día me escribe que viajaba una amiga de ella para allá y que necesitaba personalizar unos delantales, que yo los pinto a mano, los hago desde 0. Quería su logo por que iba a abrir una pastelería en esa ciudad vasca.

Para mi fue todo un desafío, si bien ya se había ido uno de mis espejos a México. Es muy emocionante y gratificante ver tus creaciones viajando y expandiendose por el mundo, más que nada por el amor y la dedicación que le pongo a todo lo que hago y saber que otro lo va a disfrutar.

Allá me comentaba esta chica que este tipo de delantales no se consiguen, que solo se hacen los blancos que usan los chefs y los carniceros, por lo cual todo el mundo le preguntaba de donde lo había sacado. Ese tipo de valoraciones son muy gratificantes.

-¿Y a qué otros lugares llegaron con Luz Art?

Acá en Argentina llegamos al sur, Neuquén, al norte, a Mendoza. Hemos llegado a casi todo el país.

-Sabemos que además brindan ayuda social.

Si, hace algunos años hicimos una intervención con otros colegas en la sala de pediatría del Hospital de Villa de Merlo, donamos sillitas y mesitas. También estuvimos en la escuela “Crucero General Belgrano” que queda en el paraje El Tala, entre Villa del Carmen y Naschel, ya que ahí los chicos no tenían internet y les regalamos unas pizarras.

-¿Qué expectativas tenes de cara al futuro?

Seguir con este emprendimiento familiar hermoso que está cumpliendo 10 años. No lo veo como un trabajo, si no como una forma de vida. Dedicarse a lo que uno ama hoy en día está muy desvalorizado por que el sistema nos lleva a depender y estamos en un país en el que hay que luchar muchísimo, pero hay que creer en uno.

Yo vengo de una mamá que es artísta plástica y un papá que es tapicero y por ahí vine con una cuna de ver que se hacía todo a mano. Entonces traer esa experiencia y poderla yo plasmar en mi vida. Poder encontrar mi camino en la parte creativa y artistica fue todo un aprendizaje.