En esa copa, Argentina, no había tenido una buena participación, solo había alcanzado el cuarto puesto, pero la dupla Maradona
Caniggia empezaba a resaltar. Fueron sucediendo los encuentros y la dupla tuvo otra oportunidad en la Copa América de Brasil 1989, con un tercer puesto para el olvido. Maradona físicamente no se encontraba en su mejor momento, al igual que Claudio Paul que no lograba continuidad en el Hellas Verona.
Todos conocemos la postura del 10 frente a las críticas contra su compañero, las mismas por parte de Bilardo. “Bilardo me dijo ‘no lo llevo a Caniggia al Mundial’. Le dije ‘está bien. Somos dos’ (imitó el gesto que hacía Bilardo como que se ajustaba la corbata). Me dijo ‘no seas boludo’ y le dije ‘Carlos, como le digo, somos dos. No tenemos un delantero en el mundo como Caniggia’. Y me decía ‘no se está cuidando, que esto, que lo otro’… Le dije ‘déjese de hinchar los huevos, Carlos’”. Se venía el debut en Italia vs Camerún y uno de los partidos más sobre salientes del Pájaro, el cual no entro de titular y casi provoca la ausencia del diez, enojado por la falta de su compañero en la plantilla titular. Pero volvamos al partido,
Caniggia supo esperar y en el inicio del segundo tiempo entro por Ruggeri y jugó uno de los mejores partidos de su vida, logrando la expulsión de dos jugadores por juego violento. Luego se vendría uno de los partidos más milagrosos de la selección Argentina, octavos de final vs el Brasil de Taffarel, Bebeto, Careca y muchos más. La albiceleste había clasificado de milagro y Brasil se postulaba como campeón. Arranco el partido y el seleccionado carioca ya mostraba superioridad en todas las filas, con tres remates en los postes. Y se venía una de las obras de arte futbolística más importante, casi tan perfecta como la mano de dios o el gol del siglo. “Maradona dejaba atrás una patada criminal de Alemao y sobrepasaba a Rocha, quien lo tomaba del brazo haciéndolo caer, el diego caía y antes de sucumbir, clava un derechazo habilitador para el Pájaro, que queda en un mano a mano dejando tirado a Taffarel y metiendo la última pincelada de la obra” Ocurría el milagro, Argentina daba el batacazo.
Luego del partido Caniggia declaró “Ahí yo no le grité nada, no se la pedí, porque sabía que él me iba a ver, especialmente siendo Maradona. No importa que se esté cayendo. Era increíble porque veía lo que nadie ve” Maradona, por su parte, tenía su propio recuerdo de la jugada. “Se la tiro adelante y veo un rayo que pasa así, ¿viste? Era Caniggia. Le di derecha y la pelota pasó por entre medio de las piernas de Ricardo Rocha, que me volteó a la carrera, y yo desde el suelo decía ‘pateá Cani, pateá, te pido por favor que patees’. Después festejando el gol, nosotros estábamos muertos y él, como si nada”. Varias fueron las secuencias o los retratos que nos dejó esta amistad futbolera, luego vendría Italia y el Cani también fue fundamental para empatar, pero de eso mejor no hablar. Luego la relación seguiría en el Mundial 1994 en Estados Unidos y el famoso “Diego, Diego, dámela”. Maradona declaraba al finalizar “Déjame disfrutar a este monstruo que tengo al lado. Yo me siento diez veces más feliz de lo que te sentís vos por mí, que este señor, que yo tengo al lado, haya hecho dos goles y haya jugado de la manera que lo hizo. Hoy lo confirmó, hoy está vivo y es amigo mío”. Llegaría Boca y no mucha relevancia en los torneos, la dupla conectaba poco, pero si dejaron otro retrato para la historia. El beso de la amistad, el cual sería criticado irónicamente por el pájaro en un show televisivo “Diego hace mejor los pases-gol que los picos”. La relación Maradona Caniggia no solo traería recuerdos lindos dentro de la cancha, también fue una locura la relación que manejaba el diez con la ex del pájaro, Mariana Nannis, la cual había tildado a Maradona de corromper la vida del Claudio Paul. Pero ni su ex, ni los rivales, ni tampoco las críticas o los técnicos pudieron romper la amistad más emblemática del futbol argentino.